lunes, 27 de junio de 2011

Vivo en una de las últimas casas de la calle Marte. Es una calle larga y esto me encanta porque mientras voy cuesta abajo hacia mi casa me da tiempo para pensar. A veces pienso Uh, fantástico, puede que llueva. Otras veces me tropiezo. En primavera huelo las flores de los otros jardines o arranco hojas de los árboles de la calle. A veces robo rosas. Otras miro a los pájaros. También suelo suelo espiar los jardines de la gente, hay algunos MUY bonitos en los que siempre me paro a mirar. Una vez en el buzón de una casa me encontré un lagarto! En otoño me encanta el sonido de las hojas secas cuando las piso. Me encanta bajar hacia mi casa y que se ponga a llover. O mejor aún, me encanta que haya tormenta. Y en invierno también nieva en Marte... Sí. Muchas veces escucho música mientras vuelvo a mi casa, y me encanta cuando Bowie pregunta si hay vida en Marte. Dejadme que diga algo, "Is there life on Mars" es una de las grandes preguntas estúpidas a las que la sociedad decide dar una importancia exagerada y una de las grandes preguntas estúpidas a las que la sociedad busca una respuesta coherente, que naturalmente suele ser aún menos acertada. A veces tengo la sensación de que buscamos que exista otro tipo de vida diferente al ser humano en el universo, solo para demostrar que con cualquier cosa que digamos siempre seremos más inteligentes. Ni siquiera podemos demostrar la existencia de Dios. Y lo peor, tampoco su no-existencia. Estamos condenados al escepticismo.

No... no hay vida en Marte porque no existe la vida. Existe el verbo vivir y es uno de los términos más difíciles de asimilar, más aún que su término contrario. He dicho muchas cosas, pero la mayoría de veces, y esto no lo he dicho, suelo bajar mi calle por mitad de la carretera que divide la calle en dos y separa los números pares de los impares. Sí, por mitad de la carretera. No tengáis miedo a morir atropellados. Y lo más importante, tampoco tengáis miedo a vivir.