lunes, 4 de julio de 2011



<< Cuando creíamos que teníamos todas las respuestas, de pronto, cambiaron todas las preguntas >>
Mario Benedetti

Yo estoy enamorada de las tazas, y de las fotografías, y de la letra de la gente, y de los pies (que son graciosos). También del verbo vivir. Puede que también esté enamorada de Dalí, o de Paris. Estoy enamorada del momento exacto en que se rompen las cosas, cosas como una copa o una taza. Sí, estoy enamorada de las tazas sin romper pero también de las tazas rotas, y también del momento en que se rompen. de todo, joder, de todo. Y, vale, lo confieso, le pedí matrimonio a Turner porque es el que mejor expresa mis tormentas-mentales (tormentales). Nunca sé si mi cabeza es un cuadro de Pollock o una gran tempestad. NUNCA. Soy capaz de llorar de emoción cuando veo un paisake en ruinas, sobre todo si es una casa familiar que tiene más de cien años. Los árboles que enferman me ponen triste. Mi estación favorita es el invierno. Vuelvo a nacer con la primera nevada. Mi abuelo tiene la mejor "tienda de nostalgia" que pueda existir. Es un almacén donde almacena recuerdos, una nave. Y yo vivo en la calle Marte, y joder puede que en realidad solo se pueda ir en nave. De todas formas, estar enamorado es un estado de ánimo.

Lo que en realidad me seduce es el surrealimo. Y el caos. De pequeña quería vivir en el camión de los helados, ¿hay algo más surrealista? Claro que lo hay, por todas partes. A veces pienso que el surrealismo es exceso de realidad. Los mecanismos no están rotos, y puede que no necesitemos inventar aparatos nuevos. No lo creo. Pero hay MUCHAS personas que solo ven las películas una vez en su vida. Y ahí es donde entro yo. No voy a cambiar la realidad, no se puede. Voy a inventarme una nueva, y sentaré a gente en unas cuantas butacas para que lo vean. Me gustan cosas que mucha gente detesta, como la lluvia. Y creo que eso me mantendrá viva.