domingo, 27 de mayo de 2012

martes, 22 de mayo de 2012

si me pides perdón, socorro pido

Si nos hundimos antes de nadar
no soñaran los peces con anzuelos,
si nos rendimos para no llorar
declarará el amor huelga de celos.
La primavera miente y el verano
cruza como un tachón por los cuadernos;
la noche se hará tarde, tan temprano,
que enfermarán de otoño los inviernos.
Cuando se desprometen las promesas,
la infame soledad es un partido
mejor que la peor de las sorpresas.
Si me pides perdón socorro pido,
si te sobra un orgasmo me lo ingresas
en el banco de semen del olvido.



Es bastante cierto que Sabina me desnuda.
No recuerdo ningún momento en que no me haya sabido alguna de tus letras, y aún así siempre fallo alguna palabra.
Es bastante cierto que me veo con Sabina por las noches. Tengo su voz en mi almohada... su voz cascada. Aquella voz de haber gritado durante 500 noches seguidas en mis oídos. Me hiciste mucho daño con cada trozo de cada estrofa de cada canción que recordé al mirar cada farola. Siempre era de noche.
En cuestión de segundos algo ilumina la habitación, que ya es nuestra. Siempre que me gusta ver fumar a alguien, lo llamo retrato de humo, para mí es precioso. Me gusta escuchar el sonido del mechero, la primera bocanada que consume el cigarro de su boca. Después, el muy maleducado, apaga el cigarillo en el despertador y se declara enemigo del tiempo. La hora se derrite, y se me viene a la mente Dalí.
Me repite insaciablemente que él no es un poeta, y puede que hasta diga la verdad, pero siempre me despierto con su poesía en la mesilla.

¡Me dices que bajo ningún concepto se me ocurra leer "Lo peor del amor"! Nunca he sido demasiado obediente si la orden no me convencía. Lo leí. Pedí socorro, y eso me llevó hacia donde estoy ahora.

Hay un agujero hecho con un cigarro en la página de este poema, para no olvidar tu voz rota.
El libro se llama Ciento volando de catorce, por si quieres buscarlo en mi estantería.