Declaro el surrealismo como aquello que debería ocurrir de vez en cuando y sin que lo inventase el hombre.
Le declaro la guerra a la tristeza, y un odio irracional al adjetivo que va unido a mi nombre. ¿Por qué Clara? Es surrealismo del malo, del barato. Desde ahora ya podéis ir cambiándole el nombre a las cosas, porque los nombres mienten.
Me declaro culpable de pertenecer a una realidad tan absurda, y que además no podría ser de otra manera.
Me encanta tu blog,muy inspirador.Espero seguir leyendo cosas tuyas :)
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