lunes, 27 de febrero de 2012

Una anarquía









 
Considero, que para seguir vivo (como es debido), uno debe llevar a cabo pequeños actos de rebeldía consigo mismo.
No llevar reloj era uno de ellos.
Pero tenía que saltar dentro de mí, (todo el mundo tiene que hacerlo alguna vez). 
Siempre estamos en una línea, en la línea coninua o discontinua, línea recta o torcida, la línea de los cables de alta tensión, la línea blanca que va por mitad de la carretera, o en las líneas anárquicas de tu pelo.
Habíamos quedado en que la vida es movimiento, como bailar o los vinilos que dan vueltas, así que antes de pegar el salto pensé en estas palabras, que tengo grabadas:

- Tengo algo que darte, pero antes de dártelo me gustaría pedirte una cosa: ¿quieres bailar conmigo?
- ¿Ahora? ¿La víspera de tu revolución?
- Claro. Una revolución sin baile no sería una verdadera revolución...


Y voilà:
Creé una línea contradictoria y horinzontal en mi pelo. Una nueva línea. Distinta a las demás.
Una línea del horizonte.

















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