viernes, 9 de marzo de 2012

0:42 h

El tiempo es un asesino en serie, difícilmente encarcelable. Así empezaré hoy, puesto que no dejo de pensar en la vida, en lo frágil que es la vida y lo poco que merece la pena no vivirla. Es extraño: te pasas toda la vida deseando que lleguen los momentos importantes, como conocer a alguien, y sentir amor, y no estar solo; y de repente, cuando llegan los momentos, es como si los hubieses deseado ayer, aunque hayan pasado años. El tiempo es extraño, y me da vértigo lo extraño que es el corazón, y estás en cada sístole y en cada diástole, y me acuerdo de ti y lloro, y bla,bla,bla, y etcétera. El corazón se mueve, y todo es movimiento. ¿Qué esperamos? ¿Permanecer inmóviles? ¿No envejecer? ¿Querernos siempre como ahora? Eso no sucederá, porque todo está en movimiento. Y por una parte, me pone triste. ¿Todo se va, incluso el amor?

Ayer y hoy el corazón me ha vuelto a latir raro. Está descompasado, como si la orquesta hubiese perdido las partituras y tratase de improvisar fallidamente el día a día. Bueno, de improvisaciones se vive al fin y al cabo. El director de orquesta se equivoca, y cambia constantemente la banda sonora, y a mi me dan taquicardias. No es ninguna metáfora, se me acelera el corazón de verdad, y me acojono. Pero eso me recuerda que sigo viva.

Me enamoré de los electrocardiogramas, que me parecen un gráfico precioso de lo que está pasando ahí dentro, de tus pulsaciones vitales, que se aceleran con el roce de otra piel. Me gustan las caricias en la piel cuando se filtra la luz de la mañana. Y que me perdonen los fabricantes de CASIO, Viceroy, Swatch, y demás marcas, pero no les guardo respeto alguno, porque la vida hay que vivirla sin números. ¿Sabes? Es que nunca le había dado tantas vueltas a las personas, a la vida, a la importancia de hacer el amor, de estar vivo y no solo de estar vivo sino de compartir el segundero con las personas, y crear recuerdos. Pero el tiempo está ahí fuera, no atado a tu muñeca. Tengo tanto miedo a que se me borren los recuerdos...

Y por último tengo un nudo permanente en la garganta, que se resiste a irse. A la mínima un parpadeo se convierte en lágrima, sabréis de lo que os estoy hablando sobre todo si habéis querido a alguien, y a mi me cuesta disimular la tristeza, siempre me ha costado. Soy consciente de ello. (También es difícil disimular el amor) Soy muy nostálgica, y siento nostalgia muy a menudo, a veces ni siquiera sé de qué siento nostalgia exactamente, pero la siento. Para entenderme tienes que entenderlo. Va en mi personalidad ponerme triste de vez en cuando sin necesidad alguna de justificarlo. Hecho de menos las horas, las épocas, las estaciones, las personas. Hace mucho que no tengo una conversación bonita con un puto ser humano. Que no recibo una carta. Me encantaría recibir una carta. Calle Marte.
Nos echo de menos a nosotros, y afronto, con nostalgia, que probablemente hemos cambiado y seamos otros. Si "el olvido es la perdición del hombre"; no sabes cuánto miedo siento cuando quiero olvidar a una persona, o cuando se me olvidan las cosas.

Me refiero a vértigo, perdón. No miedo, vértigo. Una persona que tenía vértigo a las alturas me explicó hace casi un año que el vértigo era como sentir que de repente el suelo donde pisas se convierte en un hilo, y debajo está toda la ciudad, y tu aprecias tu vida por lo tanto no quieres caerte, pero no eres equilibrista. Sus palabras cierran esto que escribo, y me describen saltando al vacío dentro de mí misma. Ya lo dije: supongo que sabrás lo que molesta tener ganas de estornudar y que se te pase el estornudo, pues sospecho que lo mismo pasa con las ganas de vivir.

Aun así creo que necesito una botella de vino para dos, para olvidar cosas, y despertarme sin memoria al día siguiente - un día después de lo que el viento se llevó. Deberíamos emborracharnos y quizá también hacer el amor. ESTOY SEGURA DE QUE MEDIR EL TIEMPO NOS CONVIERTE EN VERDADEROS PSICÓPATAS. Corto y cambio.

2 comentarios:

  1. "Ayer y hoy el corazón me ha vuelto a latir raro. Está descompasado, como si la orquesta hubiese perdido las partituras y tratase de improvisar fallidamente el día a día. Bueno, de improvisaciones se vive al fin y al cabo."
    me encanta

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  2. de improvisaciones se vive, y de arritmias. De vez en cuando se te tiene que acelerar el corazón, que sino no eeres nadie :)

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